domingo, 6 de junio de 2010

Requiem por Milenio Colima


Hace unos días me escribió Josué Solís para decirme que no enviara otra "Sota de bastos", la columna que aparecía en la versión local del suplemento Laberinto, de Milenio Colima. Me dijo que el periódico se dejaría de imprimir durante un par de semanas, mientras arreglaban asuntos técnicos. A los pocos días, Josué me dijo, por el msn, que Milenio Colima no aparecería nunca más.
En Laberinto, "Sota de bastos" apareció de manera ininterrumpida (si se imprimía el suplemento) desde marzo del 2009, cuando Josué se hizo cargo de su edición. Disfruté muchísimo la escritura de las Sotas. Me permitieron conversar con amigos, desde distintos puntos de vista. Discutir con personas que no conozco. Pensar. Divertirme. Renegar. Todo esas cosas que me gustan. Con la noticia del cierre del periódico, recordé cómo, entusiasmadísimo, mi amigo Alejandro Morales me habló, a la que era mi casa en el DF, en el verano de 2005, para decirme: "quiero invitarte a que hagamos una revolución..." Era la invitación para que fuera su asistente en el cierre de edición de Milenio Colima. Yo estaba indeciso en muchas cosas, pero desde entonces traté de colaborar con el periódico. Recuerdo que ahí publiqué una entrevista con Emanuel Carballo, donde decía que se hizo escritor en Manzanillo.
Creo que, como en otras ocasiones, Jaime Obispo sintentizó, con las palabras exactas de un poeta, lo que ha sucedido. El cierre de Milenio Colima no habla muy bien de Colima.

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