miércoles, 16 de junio de 2010

Bar Los Camellos y Avenida Constitución



Foto de Marco Antonio Bricio


Allá, de donde yo soy, me gustaba un bar que no era un bar sino una palapa en una avenida con aires de postal californiana sobre una calle de San Miguel Allende, Guanajuato. Así, y más, es Colima. El sitio se llama (o se llamaba, quién sabe) Los Camellos. Éramos pocos sus parroquianos, pocos e infieles. Pero me gustaba ir ahí, decía, con mis amigos para beber un par de cervezas y ver los partidos de futbol. En ningún otro lugar del mundo he probado las frutas secas que ahí servían de botana. Esas cosas, ahora, son las que duelen.

1 comentario:

deivid dijo...

ah precioso, ya cada día es un día menos. Lástima que pinche mundial se nos haya pasado fuera del camellous, carajo.

pero ya habrá sus chivas-pumas y, cómo ño!, ahí habremos de verlo.

yo extraño sillonear afuera de tu casa a las 11 de la nochi, cuando menos calor hace acompañados por los gritos de angélica, no corras pendeja te vas a caer y zas, que se cae; o ver pintar a la vecina manque volpi aluego ni la salude ni la invite.

abrazote, papadzul!