jueves, 1 de abril de 2010

Unomásquetú

Puedes verlos en cualquier parte. Nunca pensarías que son distintos a ti, y eso, en el futuro, te producirá el primer escalofrío. La primera sensación de que algo anda mal contigo mismo. Correrás a los espejos. Le preguntarás a tu mejor amigo. Antes de dormir, pedirás consejo a tu mujer para saber si hay algo distinto en ti, si es posible que algo haya cambiado, de un momento a otro, cuando tomaste aquel café sin ganas, cuando bebiste una cerveza en un bar cualquiera.

Es que ellos/ellas usan tu misma ropa. Frecuentan los mismos sitios que tú. Se divierten, a veces, con las mismas niñerías que tú. Ahí comienza la diferencia. Apenas son iguales a ti, se distinguen. Tú puedes andar con la guardia baja sólo porque sabes que el mundo no es un campo de guerra, puedes andar desprevenido porque no pretendes combatir todos los rounds todos los días. Pero ellos/ellas sí. Ellas/ellos te dirán: soy unomásquetú. Cuando lo descubras y trates de explicarlo, claro, terminarán por decirte: lo descubrí antes, cómo es que no te dabas cuenta.

La/él unomásquetú no necesitan explicaciones. Son su propia explicación. Hace un frío tremendo, que todo el mundo va con su abrigo y las manos en los bolsillos, mientras avanza por jardines que brillan, por la humedad de la noche de un invierno como el que nunca en los últimos treinta años ha habido, pero el/la unomásquetú tendrá la respuesta. El año pasado, dicen, en plena primavera se vio algo insospechado cuando comenzó a nevar por el norte, y caían bloques de hielo adentro de mi edificio. Y en mi departamento, donde no tengo jardín, salía a regar las plantas con una camisa sin mangas.

Te los encuentras también en todas partes. Comienzas una conversación mientras esperas el camión. Haces fila en el banco. Estás por comprar el periódico, y surgen con su rostro amable. Tu mejor amigo, a veces, puede ser el diablo. Unomásquetú parece endeble, frágil, necesita conversar con alguien, que eres tú, y empieza la batalla. Le dices que ha sido un día malo, que te ha cagado un perro, que te corrieron del trabajo. Y ella/él dirá: el mío ha sido peor, mi perro está estreñido, me ascendieron de puesto, mi mujer me ama.

El unomásquetú sabe de todo. La historia de Samotracia, la fecha de nacimiento del Che Guevara, el número de versos de la Biblia. Y si tú argumentas algo, un despiste, un ligero detalle para alargar la conversación, te dirán que tus palabras son de wikipedia. O dirán que qué pedante puedes llegar a ser. O que qué aburrido es hablar contigo. O que cómo es posible que andes así por la vida, porque la vida, deberías saber es… Y cuando estés fatigado, cuando estés insoportablemente cansado de tanto discutir, darán otra respuesta: fíjate que he conocido a alguien insoportable, me dice siempre que es uno más que yo, y eso sí no me lo entiendo. Yo tampoco lo entendería.

1 comentario:

SeTh dijo...

Muy chido!