domingo, 25 de abril de 2010

Cajitas

Acá, en la buhardilla, hace unos días terminamos de ver las siete temporadas de Nip/Tuck, esa creación genial de Ryan Murphy para la televisión. Sobre esta brillante serie hablaré con calma en otra ocasión, porque además Murphy forjó otra exitosa producción para Fox: Glee, que en su segunda temporada ya promete otra vez record de audiencias. No sólo arrasó con todos los premios norteamericanos a la televisión, también creó conmoción en la familia Obama que, obligada por las féminas del hogar, invitó al elenco a la Casa Blanca.

En fin, decía que cuando terminamos de ver todo Nip/Tuck llegamos a pensar que seriesyonkis ya no tenía sentido, hasta que descubrimos Weeds, de Jenji Kohan. Es una serie muy bien estructurada producida por Lions Gates, una cadena con menos presupuesto que Fox, por lo que tal vez no obtenga la publicidad de las obras de Murphy pero no por ello la serie deja de ser inteligente y entretenida. Es eso, y como las de Murphy, su narración, sus discursos, su música, sus diálogos, sus actuaciones y demás detalles, hacen que uno mire el mundo con cierto cosquilleo en la reflexión más profunda, esa que uno suele hacer mientras lava los platos, o reposa en el sofá, o prende fuego al vecindario.

Bueno, en estos días de vacaciones, acá, en la buhardilla, a la que está cordialmente invitado, nos levantamos con el sol casi a la mitad del cielo y vimos el primer capítulo de la segunda temporada de Weeds. También se puede ver por televisión, en A&E y en Film and Arts, me han dicho, la pasan aunque ninguna cadena de tele abierta mexicana se ha puesto las pilas para comprar su transmisión. Será por la naturalidad con la que presenta el asunto de la compra venta de marihuana. Será porque nos sigue gustando la repetición de telenovelas que con orgullo produce el Canal de las Estrellas desde que Noé construyó la barca.

De cualquier forma, el primer capítulo de la segunda temporada de Weeds promete que será una buena saga. Cuento rapidito el argumento general de la serie, y luego me entretengo en lo que quería contar, la genial banda sonora que es todo un poema desde la introducción. Nancy Botwin (Mary-Louis Parker) vive en un suburbio californiano (ya sabe, esos modelos de perfección gringos: casas grandes, piscinas, cocheras, camionetas, muebles de lujo jardineros mexicanos…) llamado Agrestic, donde la clase media oculta debajo del felpudo de la entrada toda la basura que consume a los seres humanos: las obsesiones, las mentiras, los excesos, las pasiones, y ese largo etcétera que cuando hablamos de humanidad significa la parte oculta que usted no le muestra ni a su sombra.

Nancy es una madre viuda, tiene dos hijos con las peculiaridades con las que sobrevivimos cuando rondamos la adolescencia. Para mantener su estatus y conservarse en el mainstrem de Agrestic, Nancy se dedica a vender marihuana en un estado donde prácticamente es legal tanto su compra-venta como su cultivo. Pero ya se imaginará, la vida de Nancy es un caos con este escenario y el dibujo del escenario mismo (ese suburbio soñado por las pesadillas del neoliberalismo) es una crítica sorda al establishment social.

Así a grandes rasgos. Pero lo hermoso es la canción de introducción “Little boxes”, de Malvina Reynolds y popularizada por Pete Seeger en los setenta. La versión de Weeds es la de Reynolds, pero a partir de la segunda temporada aparecen distintas versiones, incluidas Elvis Costello, Joan Baez y una interpretación sinfónica.

La verdad es que debido a la sencillez de la letra resulta muy complicado producir el mismo efecto del inglés al trasladarla al español. Pero tampoco me puedo resistir a hacerlo, como ya lo hizo un cantautor español, Alfredo Celdrán, con buenos resultados en la armonía musical pero sin la fuerza de la lírica original, una especie de “minimalismo funkie”. Ofrecemos una traducción antirítmica pero entusiasta.

Cajitas

Cajitas de la colina
caitas hechas de ticky tacky,
cajitas de la colina
cajitas todas iguales.
Hay una rosa, una verde
y una azul y una amarilla,
y todas de ticky tacky
y todas se ven iguales.

Las personas de las casas
van todas a la universidad,
donde las ponen en cajas
y salen todas iguales.
Hay doctores y abogados
y hombres de negocios,
todos hechos de ticky tacky
y todos se ven iguales.

Y ellos van a jugar golf
y beben martinis secos
y tienen niños hermosos
y los niños van al colegio.
Y los niños van a cursos de verano
y luego a la universidad,
donde los ponen en cajas
y todos salen iguales.

Y los muchachos crean empresas
y se casan y tienen hijos
en cajas de ticky tacky
y todas se ven iguales.
Hay una rosa, una verde
y una azul y una amarilla,
y todas de ticky tacky
y todas se ven iguales.

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